Un investigador de la Universidad
de Twente en Holanda, ha desarrollado un nuevo dispositivo de memoria
óptica el cual está hecho de tungsteno y nitruro de silicio y que afirma
puede almacenar datos con seguridad total por periodos de tiempo
extremadamente largos, de hasta mil millones de años.
Los discos duros son sumamente susceptibles a campos magnéticos externos y fallos mecánicos.
El investigador Jeroen de Vries de la Universidad de Twente se dedicó a resolver este problema mediante el diseño de su propio dispositivo de almacenamiento. En cuanto a los materiales
seleccionó el tungsteno, el cual puede soportar temperaturas
extremadamente altas, encapsulado en nitruro de silicio, una sustancia
altamente resistente a las fracturas que experimenta poca deformación
cuando se somete a elevados niveles de calor.
En el interior del dispositivo, la información es almacenada mediante el
grabado de códigos QR en el tungsteno – los cuáles pueden ser
decodificados fácilmente por los smartphones de la actualidad. Este
método es bastante resistente debido a que la información aún se
mantiene preservada después de que hasta un siete por ciento de los
datos han sido comprometidos.
El investigador calentó el dispositivo de almacenamiento a 200 grados
Celsius durante una hora y no encontró ninguna degradación visible, lo
que de acuerdo al modelo simula un millón de años de uso. El dispositivo
solo mostró algunos signos de degradación cuando fue calentado a
temperaturas mayores, de alrededor de 440 grados Celsius. Pero aún así,
el tungsteno no sufrió daños y la información aún podía ser leída.
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